Mujeres sin hombres
Titulo original: Femmes sans hommes, 1953
Autor: Marise Querlin
Colección: Jaguar nº 53
Edita: Diana, México, 1967
Marise Querlin fue una escritora y periodista francesa del período de la posguerra, cuyos libros fueron básicamente grandes reportajes sobre temas “comprometidos” como las drogas, la delincuencia o, en este caso, el lesbianismo. En ese sentido, este libro es interesante como burbuja sobre cómo se vivía y juzgaba en el tema durante esos años.
Y la palabra clave es “juzgar”. En esos años pre-Kinsey Report, Este libro – como todos los otros que tratan el tema de la homosexualidad – tienen una valoración moral implícita de la “desviación sexual” que hoy por hoy suena decididamente desfasada en gran parte de la sociedad. Es sintomático que un libro que en el momento de su publicación se debía ver como básicamente progresivo, hoy se vería en muchos pasajes como abiertamente conservador, sino retrógrado por mucha gente. Hay una intención perpetua de explicar, contextualizar, justificar en términos psicológicos, sociales o históricos la “desviación” de esas mujeres. Pero no verlo como algo que pasa, sino como algo que es una desviación, palabra con un peso moral implícito temible.
Eso sí, a la hora de juzgarlo por su lectura, el libro resulta bastante indigerible. Qurlin mezcla las anécdotas con las explicaciones y las reflexiones sin mucho orden y contexto, en una lectura que parece más una sucesión de artículos pobremente organizados. Y farragoso de leer, aunque ahí puede ser que le problema sea la traducción (sospecho que fue traducido no del original francés sino de la edición americana, con lo que el teléfono descompuesto que es normalmente la traducción debe haber empeorado visiblemente).
Y un detalle: que un libro francés de 1953 salga editado en 1967 – pleno verano del amor- en México, dice bastante sobre lo poco que había llegado todavía la revolución sexual.
En fin si están interesados en el tema, puede ser parte de la bibliografía necesaria de ler. Leerlo por leerlo (como en mi caso) solo sirvió para ver lo rápidamente que hemos avanzado en la aceptación de las minorías sexuales.
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